Cuentos y leyendas sobre la custodia compartida

 

Cuentos y leyendas sobre la custodia compartida serán una serie de artículos en las que trataremos de aclarar cuestiones importantes que suelen verse desvirtuadas por la “sabiduría popular”, la televisión y la exageración a la que somos tan habituales.

La custodia compartida es el sistema de guarda y custodia en virtud del cual ambos progenitores se reparten en tiempo iguales o prácticamente iguales, la crianza de sus hijos, responsabilizándose ambos de todos los órdenes de la vida de los menores, siendo el sistema preferido actualmente conforme a las más recientes Sentencias de nuestro Tribunal Supremo:

1.-  Los progenitores quieren la custodia compartida para no pagar pensión de alimentos.

No podemos desmentirlo completamente, pero lo que es cierto es que cuando se asigna este tipo de reparto, ambos progenitores deberán correr con los gastos que se ocasione  durante su tiempo de guarda, debiendo partirse por mitad gastos tales como la matrícula del colegio, el pago de los libros, uniformes, si fueran necesarios y además cuantos gastos extraordinarios puedan generarse, pero esto no es propiamente una pensión.

Para esto el menor debe tener un hogar doble, es decir, ropa y enseres de uso personal en los 2 domicilios de sus padres.

No obstante existen algunos casos en los que  debe existir pensión  de alimentos aún compartiendo la custodia al 50%, y son aquellos en los que existe una manifiesta desproporción económica y/o laboral entre los progenitores, o situaciones de desempleo.

2.- La custodia compartida debe ser a medida de cada familia

No obstante, cada día más, la sociedad demanda un modelo estandarizado con variaciones en función de las necesidades.

De la misma forma que para la custodia monoparental se establece como norma general, visitas intersemanales de 1 ó 2 días y fines de semana alternos con la mitad de las vacaciones para cada progenitor, adaptándose a las necesidades de cada familia y principalmente del menor, en las custodias compartidas, podríamos ir hacia algo parecido a esto:

 

Hasta los 3 años, el menor podría estar los lunes y miércoles con un progenitor, martes y jueves con el otro, y fines de semana alternos.

Y a partir de esa edad, semanas alternas de viernes a viernes, a la salida del colegio, con cada progenitor y la mitad de vacaciones por periodos de 15 días alternos.

3.- Los menores necesitan el equilibrio y la solidez de una casa

Es cierto que los menores necesitan estabilidad, pero ello no quiere decir que vivir en 2 domicilios los desequilibre más que dejarlos a diario en una guardería, o en casa de los abuelos.

Lo que necesitan, más allá del lugar donde se desarrolle, es seguridad y ésta se conseguirá mejor con la intervención de ambos progenitores en su crianza sin marginamientos que conllevan las meras visitas intersemanales y los fines de semana alternos.

Cada día más, consideramos acertados los apoyos familiares con los que cuenta cada progenitor, porque ninguno puede dedicar el 100% de su tiempo a pasarlo con sus hijos y son verdaderamente necesarios esos apoyos de abuelos, tíos, nuevas parejas…

4.- Volvemos locos a los niños con tanto cambio

Pues parece que no es cierto. Si comparamos las veces que un menor se despide de un progenitor para ir con el otro en un sistema estandarizado de custodia monoparental serán unas 120 veces, 240 desde el punto de vista del menor, mientras que en un sistema de guarda y custodia compartida semanal sería de 48 veces las que el menor diga hasta pronto a uno de sus padres.

Un menor con custodia compartida en dos domicilios será mucho más equilibrado, seguro y estable, porque sabe que semanalmente estará con uno de sus progenitores.

CONTINUAREMOS EN EL SIGUIENTE ARTÍCULO….

 

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